Desde este lado del río

«Me gustó hablar contigo, no pensé que me hiciera falta», así terminé una conversación con un gran amigo.

Fue un choque de realidad ponerme al tanto de su vida porque también implicó hablar un poco de la mía. Fue sacar lo que en meses no decía, con un poquito de soltura y verdades internacionales, que la cosa que me ocupa (ser migrante), ocupa otras tantas que advierten reiterativamente miedo, adaptación entre cortada… intermitente, zigzagueante. 

Fue hace tanto tiempo que lo conocí, y tanto tiempo que no hablábamos tan sensibles y absortos a la vida que confirmé que estoy en otro país, como si hiciera falta confirmarlo.

Entre tanto y tanto, también confirmé que la lejanía se puede instaurar a base de simples evitaciones, y por el contrario, que las historias que se comparten con absoluta verdad y sentimiento, pueden sentirse cerca olvidando el trayecto del extranjero, que el propósito de contar cómo te sientes con alguien que aprecias te parte en dos; en el país que habitas, y el país que evitas. 

Al final de la conversación vino el llanto, el que se queda en un lado y el que se siente en el otro. Cuando las lágrimas cesaron me tuve que confesar; fue difuso distinguir si el llanto que me llegó era a causa de mi pesar migrante, o por la información sentida intercambiada.

Y así vive uno, tratando de estar presente en una conversación con un amigo de tu antiguo país (¡presente!, la paradoja del migrante), y expresándote desde el otro lado del río tratando de evitar decirle que hay días que quieres cruzarlo aunque no sepas nadar.

Sil LeónA, a veces más Leona que Sil.


Si quieres escribir con ejercicios como Sil, súmate al curso Escribí tu migración en este link: https://emigrarporcarta.com/curso-escribi-tu-migracion/. Puedes ver gratis la primera clase.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

1 comentario en “Desde este lado del río”

  1. No puedo dejar de sentirme profundamente conmovido. No solo por la belleza de tus palabras, sino por la honestidad desnuda con la que narras ese instante compartido, ese cruce de vidas en medio de distancias y realidades tan distintas. Me tocó el alma saber que una conversación resonó así en ti, que sirvió como puente entre tus dos orillas.